Un beso
ya el corazón concibe;
Solo
uno el corazón invoca,
Pues
por gracia de tu divina boca
Enloquecería,
si dos recibe.
Entre
nuestras miradas, circunscribe
ágil y
graciosa, inequívoca,
La
celeridad de verdad barroca,
Por
cuanto mi pudor se desinhibe.
Pero
así, amándote, proscribe
la
razón que mira y lo trastoca
Para
poder ser quien más lo derribe.
Mi alma
a tu voluntad convoca,
Y así,
un solo beso inhibe
La
fuerza que mi voluntad debroca…