miércoles, 18 de diciembre de 2013

Foo Fighters en México, 11 de Diciembre del 2013: Crónica de un primer concierto...


“Hola. Me llamo Dave y estos son mis amigos los Foo Fighters (me parece que el nombre viene de como llamaban en la Segunda Guerra Mundial a los UFO). Sentimos mucho habernos tardado 19 años en venir a tocar a México”... Con esas palabras Dave Grohl, líder de la banda Foo Fighters comenzaba un concierto que fue rock puro, poderoso, sin mayores  artilugios tecnológicos y visuales, y que duro tres horas en un recorrido por las canciones que han hecho de esta banda una de las obligadas para millones de fans en todo el mundo.
Ya había recorrido cientos de veces el Autodromo Hermanos Rodríguez, ya fuera para correr o estar en bicicleta o patines un rato.

Es un sitio que presume de excelentes formas de diversión para familias enteras o para quienes disfrutan de algunos deportes y automovilismo. Sin embargo, en esta ocasión era distinto: entraba de noche e iba a lo que era mi primer concierto pagado como adulto.





De niño había asistido con mi madre a ver conciertos al auditorio, pero eran de artistas que ella seguía. Y de grande fui a ver conciertos gratuitos y sólo de Silvio Rodríguez. Pero esta vez era todo diferente. Había gastado de mi propio bolsillo con la intención, mórbida, de ver aunque fuera una vez en mi vida, a los únicos integrantes totalmente en activo de una banda de la que soy fan: Nirvana. En segundo lugar, venía por que esta agrupación, los Foo Fighters, tienen por lo menos cuatro rolas que me gustan bastante, así que valía la pena que ellos abrieran la que yo esperaba fuera una experiencia para no olvidar jamás. Y cumplieron con el trato. Me lleve una de las mejores noches de mi vida. Algo para recordar por siempre: que la verdadera música solo necesita de sus instrumentos básicos y puede desplegar un poderoso mensaje.
Todo lo observaba atentamente: todo era nuevo para mí. Pero fue mejorando: un concierto entre semana ciertamente no atrae mucha gente y dada la naturaleza de ser un miércoles, no se dio el lleno esperado. Por esa razón, de entrada, no me toco en las gradas, lo que me hubiera dejado una distancia bastante considerable para verlos y me hubiera perdido de una buena parte del espectáculo. Sin embargo, a todos los que nos tocaban gradas nos bajaron a general B. Al final, ya instalado en el lugar del que no me despegaría en todo el concierto, quede a unos cincuenta metros, le calculo, del escenario. Bastante bien.
La segunda banda en abrir, aunque la primera no llegue a verla, fueron The National. Estos personajes oriundos de Ohio no dudaron en desplegar su apasionado, me parece, Indie Rock, y a base de una actuación entregada, de agradecimientos por estar allí y de la actitud desenfadada de su vocalista dieron casi una hora de buena música y una demostración del porque deben ser considerados una muy, muy buena banda de Indie Rock.









El desarmado y traslado de sus instrumentos y la instalación de los de los Fighters fue de casi una hora, que valió la pena esperar cuando vimos aproximarse corriendo a los Foo Fighters y a su líder Dave Grohl. Personalmente sentí una sensación especial de verlos allí, a unos metros de mi, a él y a Pat Smear, exintegrantes de Nirvana. Este grupo fue parte de mi vida, principalmente por que fue en la época donde perdiera a mi querido amigo Moi, una historia para contar otro día. Uno de mis puntos a cumplir estaba hecho. Pero no me imagine jamás lo que viví.


Comenzaron con Bridge Burning, seguida de Rope, The pretender y My Hero.

La actitud desenfadada de Grohl, la forma en como incluso mascando un chicle lograba encender a una multitud a veces apagada y una entrega que pocas veces se ve en un frontman de su categoría, aunado a un deseo de entregarnos lo mejor de ellos, hicieron de las siguientes tres horas un verdadero festín musical.

Learn to fly, White limo, Arlandria, breakout, cold day in the sun, long road to ruin, big me y stacked actors siguieron. El escenario, escueto para lo que uno esperaría, fue rebasado pronto por la potencia del post grunge que allí resonaba en cada uno de los presentes. Mi corazón dio un vuelco cuando oí las primeras pisadas de Walk, la canción que esperaba oír, y aunque no soy muy expresivo en este tipo de situaciones, termine unido a los presentes cantando, sintiendo cada acorde. Disfrutando. These days, generator, monkey brench, hey johnny park!, El cover de Pink Floyd In the flesh, fabuloso oírlo aquí. El frío paso a segundo plano. Foo Fighters estaba allí después de 19 años, tocando para nosotros. No importa si el segundo concierto es más espectacular. Este fue muy íntimo. Nosotros los vimos primero que nadie en México.





De pronto comenzo una versión agreste, poderosa, directa de All my life. Este fue el supuesto final, tras lo cual se retiraron tras escenario. La gente, entre apagada e “indignada” por que parecía que acababa todo, gritaba. De prnto, el primero de dos encores. Dave Grohl hacia una aparicióin en las pantallas gigantes, acompañado de su baterista, bromeando, diciendo que tocaría una canción más hasta que, finalmente Taylor Hawkings lo convencio de tocar ¿Cinco canciones más! Por lo que en esta ocasión nos acompañó casi exclusivamente Dave con una serie de acústicos: Wheels, Blackbird, times like these –una parte de esta canción fue sn solo y otra ya acompañado de los Foo Fighters-, dear Rosemary, breakdown y finalmente best of you. Tras el segundo encore, Terminaron con Everlong. Lagrimas, agradecimientos y la promesa de volver de nuevo nos demostraron que el dinero fue muy bien invertido. Al terminar, el éxodo a casa. Satisfecho. Contento. Fui parte, en mi primera incursión a conciertos, de una maravillosa experiencia. Aprendí a caminar de nuevo. Gracias Dave Grohl. Gracias Foo Fighters…

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