“Hola.
Me llamo Dave y estos son mis amigos los Foo Fighters (me parece que el nombre
viene de como llamaban en la Segunda Guerra Mundial a los UFO). Sentimos mucho
habernos tardado 19 años en venir a tocar a México”... Con esas palabras Dave
Grohl, líder de la banda Foo Fighters comenzaba un concierto que fue rock puro,
poderoso, sin mayores artilugios
tecnológicos y visuales, y que duro tres horas en un recorrido por las
canciones que han hecho de esta banda una de las obligadas para millones de
fans en todo el mundo.
Ya
había recorrido cientos de veces el Autodromo Hermanos Rodríguez, ya fuera para
correr o estar en bicicleta o patines un rato.
Es un sitio que presume de
excelentes formas de diversión para familias enteras o para quienes disfrutan
de algunos deportes y automovilismo. Sin embargo, en esta ocasión era distinto:
entraba de noche e iba a lo que era mi primer concierto pagado como adulto.
De
niño había asistido con mi madre a ver conciertos al auditorio, pero eran de
artistas que ella seguía. Y de grande fui a ver conciertos gratuitos y sólo de
Silvio Rodríguez. Pero esta vez era todo diferente. Había gastado de mi propio
bolsillo con la intención, mórbida, de ver aunque fuera una vez en mi vida, a
los únicos integrantes totalmente en activo de una banda de la que soy fan:
Nirvana. En segundo lugar, venía por que esta agrupación, los Foo Fighters,
tienen por lo menos cuatro rolas que me gustan bastante, así que valía la pena
que ellos abrieran la que yo esperaba fuera una experiencia para no olvidar
jamás. Y cumplieron con el trato. Me lleve una de las mejores noches de mi
vida. Algo para recordar por siempre: que la verdadera música solo necesita de
sus instrumentos básicos y puede desplegar un poderoso mensaje.
Todo lo
observaba atentamente: todo era nuevo para mí. Pero fue mejorando: un concierto
entre semana ciertamente no atrae mucha gente y dada la naturaleza de ser un
miércoles, no se dio el lleno esperado. Por esa razón, de entrada, no me toco
en las gradas, lo que me hubiera dejado una distancia bastante considerable
para verlos y me hubiera perdido de una buena parte del espectáculo. Sin
embargo, a todos los que nos tocaban gradas nos bajaron a general B. Al final,
ya instalado en el lugar del que no me despegaría en todo el concierto, quede a
unos cincuenta metros, le calculo, del escenario. Bastante bien.
La
segunda banda en abrir, aunque la primera no llegue a verla, fueron The
National. Estos personajes oriundos de Ohio no dudaron en desplegar su
apasionado, me parece, Indie Rock, y a base de una actuación entregada, de
agradecimientos por estar allí y de la actitud desenfadada de su vocalista
dieron casi una hora de buena música y una demostración del porque deben ser
considerados una muy, muy buena banda de Indie Rock.
El
desarmado y traslado de sus instrumentos y la instalación de los de los
Fighters fue de casi una hora, que valió la pena esperar cuando vimos
aproximarse corriendo a los Foo Fighters y a su líder Dave Grohl. Personalmente
sentí una sensación especial de verlos allí, a unos metros de mi, a él y a Pat
Smear, exintegrantes de Nirvana. Este grupo fue parte de mi vida,
principalmente por que fue en la época donde perdiera a mi querido amigo Moi,
una historia para contar otro día. Uno de mis puntos a cumplir estaba hecho. Pero
no me imagine jamás lo que viví.
Comenzaron
con Bridge Burning, seguida de Rope, The pretender y My Hero.
La actitud
desenfadada de Grohl, la forma en como incluso mascando un chicle lograba
encender a una multitud a veces apagada y una entrega que pocas veces se ve en
un frontman de su categoría, aunado a un deseo de entregarnos lo mejor de
ellos, hicieron de las siguientes tres horas un verdadero festín musical.
Learn
to fly, White limo, Arlandria, breakout, cold day in the sun, long road to
ruin, big me y stacked actors siguieron. El escenario, escueto para lo que uno
esperaría, fue rebasado pronto por la potencia del post grunge que allí
resonaba en cada uno de los presentes. Mi corazón dio un vuelco cuando oí las
primeras pisadas de Walk, la canción que esperaba oír, y aunque no soy muy
expresivo en este tipo de situaciones, termine unido a los presentes cantando,
sintiendo cada acorde. Disfrutando. These days, generator, monkey brench, hey
johnny park!, El cover de Pink Floyd In the flesh, fabuloso oírlo aquí. El frío
paso a segundo plano. Foo Fighters estaba allí después de 19 años, tocando para
nosotros. No importa si el segundo concierto es más espectacular. Este fue muy
íntimo. Nosotros los vimos primero que nadie en México.
De
pronto comenzo una versión agreste, poderosa, directa de All my life. Este fue
el supuesto final, tras lo cual se retiraron tras escenario. La gente, entre
apagada e “indignada” por que parecía que acababa todo, gritaba. De prnto, el
primero de dos encores. Dave Grohl hacia una aparicióin en las pantallas
gigantes, acompañado de su baterista, bromeando, diciendo que tocaría una canción
más hasta que, finalmente Taylor Hawkings lo convencio de tocar ¿Cinco
canciones más! Por lo que en esta ocasión nos acompañó casi exclusivamente Dave
con una serie de acústicos: Wheels, Blackbird, times like these –una parte de
esta canción fue sn solo y otra ya acompañado de los Foo Fighters-, dear
Rosemary, breakdown y finalmente best of you. Tras el segundo encore, Terminaron
con Everlong. Lagrimas, agradecimientos y la promesa de volver de nuevo nos
demostraron que el dinero fue muy bien invertido. Al terminar, el éxodo a casa.
Satisfecho. Contento. Fui parte, en mi primera incursión a conciertos, de una
maravillosa experiencia. Aprendí a caminar de nuevo. Gracias Dave Grohl.
Gracias Foo Fighters…
Excelente reseña, me da gusto que tu primer concierto fuera memorable.
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