En el día internacional de la poesía, la mía permanece quieta, dentro de mis labios.
Encerrada en mis manos. No quiere salir. Es fortuita, no se entrega a ciertos placeres
mas que los de aquellos que sibilantes pronuncian una y otra vez su nombre
y realizan el sacrificio necesario y solventan hasta la última gota de la sangre
en cada piedra de mi joya oscura. Algún día se atreverá a salir de nuevo...
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