Me encantan los silencios incómodos. Por que la gente no sabe que hacer con ellos. Yo sí. Los disfruto, con toda su letanía. Con su falta de vergüenza. Porque me recuerdan tu mirada. El vacío que dejaste en mi alma. La insensatez de tu esencia que me grita en un espacio donde el sonido no es nada...
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