martes, 18 de abril de 2017

Deseo...

Muero como cada día
en que la luz de la ondanada
ciega mis ojos en tu desventura
y suena en mis oídos un "quiza".

Y me sereno: ha llegado ya la luz
de una eterna velada, donde la palabra
se ríe de la cruel morada
en donde habita tu "ya sabrás"

Sin embargo el miedo no es por aquello
que en la prontitud de tu mirada muere,
sino por no poder satisfacer el tierno deseo
que en la exacta hora del nacer fenece...

Puede que si sobren motivos...

La promesa de un simple vistazo
cimbra el deseo de un futuro
"donde los versos que escribo"
no denotan las cenizas de un fuego
que no ha existido

Que no es de amor
de lo que hablo
sino de un corazón que siente,
que siente por un demás.

Por una persona que entró
e irse no debe jamás,
de lo que se vio a través del velo,
de la belleza que vio detrás.

Y de ese velo incólume
la sorpresa no deja jamás
de ser la efigie de un hola
y un adiós que no debe, pues,
pronunciarse juntas nunca más...