lunes, 17 de diciembre de 2018

Comienzo...

Mi corazon esta inundado. No de dicha. No de felicidad. No de gozo. No. Esta inundado de una gran ira. De un gran enojo. De un odio que ha ido creciendo poco a poco.
Se siente tan extraño sentir como mi cuerpo se envenena poco a poco de algo de lo que estuvo liberado tantos meses. Pero... tal vez es mejor asi...

jueves, 13 de diciembre de 2018

Que triste...

Que triste es que tengas que recordar muchas cosas de una persona para olvidarla…
Y te des cuenta de que en realidad no tienes casi ningún recuerdo con ella…

Que solo fueron espejismos… Sueños…

Del amor al odio solo hay un paso...

Escribí para ti... a través del tapiz de estos recuerdos que tanto odio ahora… Que al despertar cada día tu imagen fuera lo que me apoyara para seguir adelante, es el acto de condescendencia y desamor propios más extremo del que he hallado en mi placidez. Y si te dijera que cada respiración la di con la esperanza de que se dirigiera hacia ti. Que fueras feliz. Que sonrieras aun sin mi.
Pero descubrí que no era cierto… Preparé cada ocasión para que estallara en la pureza de la hoja y así, mi pasión, fuera tuya. Que aquella mirada que me conquisto se plasmara en cada carácter con que le hablara a las personas de ti, de como te conocí... Que soy un mejor hombre por ti. Pero no les conté a las personas de ti. De como te escribo, de como te vivía cada día. Escribía solo para tenerte presente. Para seguir viviendo, pues el miedo a que mi corazón viejo ya, se detenga en cuanto estas líneas queden terminadas, como aquel telar que nunca termina su labor para evitar la tragedia concerniente a la realeza, resucita las ganas; Escribía para ti, con la única finalidad de que el mundo no se detenga y siga girando con la naturaleza que tu personalidad le imprima cada día, porque el interés que solventas para él lo valía.
¡Que ciego fui! Solo estuve enloquecido por drogas que desarman al cerebro y lo vuelven un títere. Y… Aunque todavía no logró sacudirme el tenebroso acento de las aseveraciones de cada murmullo…. De las voces en mi cabeza… te digo ahora… de la misma forma del poema ilustre… que cómo te amé ahora te odio…

Solo una reflexión personal...

Las mujeres desean el amor a la antigua: cartas, flores, poemas, dulces, cenas, sorpresas…
Pero solo si es la persona que desean o de la que gustan, la que lo hace…
Si una persona que no les llama la atención lo hace
Solo es un detalle “ah… que bonito, gracias”…
Los hombres desean una mujer sumisa… hermosa… dispuesta a satisfacer sus necesidades dándole a cambio lo que el puede dar…
Pero no ofrecen más allá. Es “si lo quiere, si no pues que se busque otro”…

Todas las personas ofrecen y desean lo mismo… la banalidad de lo que no están dispuestos a sacrificar… la fuerza inconcebible de lo que no pueden inmolar en ellos mismos es lo que llega a impedir que tal vez, el amor de sus vidas se quede con ustedes… y solo llegué el que están dispuestos a soportar hasta el límite, sea o no “por amor”…

martes, 11 de diciembre de 2018

Perdonate...

Me dijeron “perdónate”
pero no pude. No pude…
Me fue imposible tomar tu mano
y asentir en silencio sobre tu mirada
por la que sentía un profundo desprecio
y un odio desmedidos. No pude.
Y te solté. La llana luz de tu sonrisa
se apagó en mi y dejé la hipocresía.

Me dijeron “perdónate”
pero no dejé de llorar en silencio
por esa partida tuya tan cruel
que lleno de utopías las suaves notas
de tu abandono tan colérico.

Me dijeron…
Me dijeron entonces que te perdonara.
Y no pude más que mover la cabeza
y dar la respuesta que mas nos pusiera
la mascara de tristeza a todos los presentes…

domingo, 2 de diciembre de 2018

despedida (II)

Amé a una mujer de pasión diáfana
pero cuyo amor no mira hacia mi...
Diosa con hoyuelos y piel canela,
y mirada que en el espacio perdía su fin...

Pierdo mi esencia bajo la esperanza
de lo que en el mundo era afín,
y perdiendo la emoción no vana
me enfoco al precipicio tan ruin.

Es momento de la despedida aciaga.
No tiene caso seguir buscando un confín.
Se ha terminado la era fulana
y la entrada a los infiernos es pasquín...

sábado, 1 de diciembre de 2018

Despedida (I)

Cuando te conocí
eras pura y virginal,
en tu sonrisa de aurora
y tu mirada primaveral.

Ahora me doy cuenta
de cuanto te he idealizado
al punto en que, al espejo que miro
mi faz no he reconocido.

Y no me reconozco
porque no te he reconocido
sino como un fantasma sepulcral
de los ideales a los que he mentido.

Ahora ha caído el telón.
Mi vida se ha cerrado.
Sobre el otoñal viento de los cerezos
comienzo el camino elaborado...

jueves, 15 de noviembre de 2018

...Y te conocí...

Te conocí. Y mi vida cambió.
Fuiste la brisa que movió mis anhelos. La suave llama de un sentimiento que, bruscamente, me hizo mirar hacia otro lado e ignorar mis miedos. El anhelo que mi corazón buscó durante tanto tiempo en que no miré detrás de la puerta, para simplemente voltear y por el que mis suspiros allanaron la lejanía de un horizonte que sin embargo se hendía en el horizonte de mis desvelos. Eras un milagro. Eras mi vivir por el que trémulo inicie mi nuevo trajinar. Fuiste mi nueva soledad. Una mitad que no se completó jamás. La rueca de un final que al fin llegó. El pensamiento que no quiso irse. La palabra que se quedó.
Me obligaste a ir por el mundo con nuevos ojos, caminando de la mano de un intenso frío que calaba el alma. La historia que se reescribió entre mis dedos y que daba a las sensaciones un nuevo vibrar. Mi cama silente te extraño sin conocerte. La rosa que compré y que nunca tuvo destinataria. La barca que estuvo atracada siempre en un muelle solitario esperando latente tu dulce paseo entre las vibrantes olas de mi regocijo.
Me entendí mejor sin ti pero siempre hiciste falta. En cada charla frente de un café humeante que platicaba conmigo. El sueño que siempre volvería a mi para atormentarme por no poder ser el destino final que tu destino aguardaba. Fuiste el alguien que mi corazón esperaba para ser feliz. Volviste sobre mis pasos y le diste brillo a la sonrisa de mi entonación. El cobijo para la frialdad de mi vacío. La llana esperanza de un soñador que moría en cada silencio tuyo. En cada ausencia que taladraba mis memorias. El objeto que hubiera llenado de luz mi habitación. Y el duende que me acompañaba y que hace mucho se fue, antes de irse, solo murmuro en el espacio de tu sombra… dulcemente… tu nombre. Solo tu nombre.

El día que el Amor tocó mi timbre se encontró con que tu no habías acudido a la cita. Y se estampó de lleno en mi figura, esperando con ello que como faro mi cabeza llamara a la tuya. Y con tan solo esperar una palabra tuya. Un desliz. Una mirada. Solo recibí el tenue silbido del silencio que siempre nos acompañó en cada paso. Mi corazón cantó entonces la más dulce melodía que de él pudiera salir. Y cuando hubo terminado la sintonía de mi soñar se montó en un avioncito de papel. Sin una dirección al cuál enviarlo voló en la incertidumbre pero con la certeza de que nunca te podría cantar al oído y tarde o temprano posaría en el piso hasta que la lluvia diluyera la última gota de esperanza en que por lo menos, una vez en tu vida, la oyeras…

martes, 13 de noviembre de 2018

Retrato de Dante por Andrea del Castagno

El retrato de Dante realizado por el pintor italiano Andrea del Castagno pertenece a una serie de frescos (que el pintor hiciera con colaboración de Filippo Carducci) llamados Personajes ilustres para la Villa Carducci en Legnaia.
Data de cerca del 1450.
La técnica es de fresco transferida a madera.
Su actual ubicación es en la Galería Uffizi.

Mide 250x154 cm.

lunes, 8 de octubre de 2018

La loba... (Escrito corregido)

Esa chica lo había impresionado lo suficiente para provocar el cómico infortunio. Una pequeña morena enfundada en una minifalda negra, que no dejaba nada a la imaginación, de torneadas piernas, cuyos tobillos se perdían dentro de unos patines negros, que nada tenían de aquellos viejos patines de dos ejes, y cuya estética era mucho más sencilla que estos modelos de un eje. Su cabello largo y lacio de color negro armonizaba con esos grandes ojos cafés obscuros, labios pequeños y mentón delgado, que le daban una imponente presencia, y que rivalizaban con el pequeño cuello, tan frágil. Pero lo que lo distrajo lo suficiente para estrellarse de improviso con aquel enorme tronco, causándole una ligera cortada en la frente, fue la ombliguera de color blanco, que escondía aquellos pechos preciosos, que invitaban a tantos placeres prohibidos y que habrían provocado, seguramente, aún mas accidentes como el de ese momento. Atontado por el golpe, su mente se despejo de inmediato al ver a la voluptuosa joven, que lejos de irse, se encontraba a su lado, ofreciéndole la mano amistosamente, y con un dejo en su bello rostro, de preocupación por lo sucedido; era lógico, pues iba patinando muy cerca.

—¿Te sientes bien? Inquirió con un timbre de voz que enloqueció el corazón del joven tirado, cuyo pensamiento “de verdad es una diosa” dominaba desde hacía un rato en su cabeza, y oírla alecciono ese pensamiento, haciéndolo verdad completa. Todo tonto, respondió como pudo.

—Creo que sí.. De… de todos modos, así camino yo—. La respuesta, lejos de parecer idiota, como en realidad era, hizo alojar una sonrisa en la joven, que a el le pareció la gloria de la vida. 

—Ven, levántate— fue la respuesta—

—Perdona, no fue mi intención molestarte—contesto el golpeado chico, que parecía lleno de vida, tratando de ocultar el terrible dolor de cabeza que tenía por culpa del golpe y que ocultaba para no verse ridículo ante la chica. Ella, después de ayudarlo a levantarse, hizo un ademán con la mano en señal de despedida, como si se conocieran, y se encamino presta a volver a su ocupación de momento...

La escena cambió drásticamente: un enorme camión tractor dio la vuelta intempestivamente en el momento en que ella bajaba la banqueta para seguir su recorrido normal. El chico no tuvo tiempo de gritarle, o de correr para salvarla. Solo vio el manchón pasar donde unos segundos antes había una joven patinando. Algunas personas que habían visto todo, vieron con terror la pesadilla, esperando lo peor. Nada. El camionero no se dio jamás cuenta de lo sucedido, por lo que siguió su jornada como si nada. En la calle, no había rastro de la joven, no había sangre, no había indicio alguno de que hubiera una joven atropellada. Solo el joven, en su búsqueda de la chica, se dio cuenta de que un zorro con una raya en medio de color plata corría de la escena, dejando atrás de su camino abandonados unos patines de un solo eje, y una ombliguera blanca como recuerdo de lo que fue en su momento...

viernes, 24 de agosto de 2018

La lejanía del espíritu... El llamado del corazón...

El gigantesco portón de entrada se fue abriendo lentamente, estremeciendo con la luz entrante aquella vieja oscuridad. Rafaela ya tenía mucho tiempo sin venir, ensimismada en las tareas sin sentido que su amo le había encomendado durante tanto tiempo. Aspiró el olor a pasto viejo, las raíces corroídas, los árboles y arbustos que antes tuvieran tanta vida ahora yacían en formas bizarras y retadoras le invitaban a cruzar por esos caminos antes llenos de tanta vida.
Detrás de ella aquella viajera incansable se encontraba caminando bajo su protección. Sandibel estaba en casa de nuevo. Habían mandado por ella y el ángel terribe había cumplido su labor sin decirle exactamente a que se le hacía llamado. Pero sabía que era algo importante por el semblante de la Alada compañera.

—Ya falta poco— contestó por fin la mujer ángel. —No te desesperes. Pronto lo verás de nuevo—

— ¿A quién veré ahora, a cuál enfrentaré— Dijo tímidamente Sandibel, esperando una respuesta pronta y directa. Sin embargo, el semblante de Rafaela le decía que no tendría una respuesta rápida sino hasta que estuviera frente a la razón del porque había sido llamada.

—Hace mucho quedaron encerrados aquí Moi y él más beligerante de los dos — inquirió en voz alta el ángel guardián de aquel lugar—. Ahora tengo que hallarlos. Sólo espero no haya hecho ninguna diablura en mi ausencia. Hombres…

Siguieron caminando por entre aquel bosque de onduladas y retorcidas figuras. Cada paso le parecía más complicado que el anterior a ambas. Pero la luz que emanaba de las alas con mil ojos le daba cierta seguridad a Sandibel. Nada ni nadie se acercaría de sorpresa con tanta luz emanando a su alrededor. Y la aprensión resultado de volver a verlos le daba mucho ánimos. Aquellos niños volverían a ver a su dueña. Y ella les brindaría el amor que siempre guardaba para ellos.
Así vadearon aquellos obstáculos hasta que por fin llegaron a un claro conocido. Aquella zona tan cerca del lado, por entre los caminos de piedra y la orilla del lago, donde podía verse ya derruida aquella gigantesca formación de conchas que en algún tiempo fueron, sobre aquel islote, el origen de la música que ahora no existía y que llenaba todo el lugar de una paz asequible.
Allí estuvo alguna vez, sentada en una de las bancas de piedra que adornaban el lugar. Allí platicó tanto con él en su forma original. Allí aprendió tanto de él. Allí lo entendió cuando él, en un arrebato de locura por fin se abrió al mundo y el resultado lo dejo dividido para siempre. Su lado H y su lado J, como el tan amorosamente los llamó antes de perderse en la neblina que les daría origen por toda una eternidad.


—Tantos recuerdos— musito con infinita melancolía. Y una sonrisa asomo por fin…

Fuerza Superior...

Me evoco en el dulce aroma de tu ausencia
Y me permito un respiro, tal cual como la brisa breve
Por cuanto la distancia entre nosotros crece
Mientras aquel sentimiento, cruel, se anecia.

En las fiestas del barrio de mi complacencia
Los bailes, los ritmos, inundan mis sentidos, y fenece
La caldera donde hierve mi recuerdo. mi alma padece
Y cierra el ciclo de mi tormentosa amencia.

Aparatosa caída del baúl donde, pálida, mi esencia
en un susurro a mi oído dicta tu nombre y adolece
La sustancia hipnótica que en tu vibrar enternece
Y me permuta una sonrisa febril de anuencia.

Rio en mis sueños contigo: mi piel anuncia
El despertar, en tus ojos, del honor que merece.
Es cuando doy paso al sistema que me agradece
La solitud de mi pronta desobediencia…

jueves, 12 de julio de 2018

Zócalo...

Acompañado del terrible sino de tu ausencia
camino por la calle, enfurecido del antiguo amor
que desbocado por la somnolienta presencia
hace de la tortura un eterno y fijo dolor.

Como una pequeña ave esta virtual esencia
busca en el cobijo de tu sombra calmar su escozor,
gira a través del viento que susurra con urgencia
que desate mi tristeza en pos de liberar mi clamor.

Apegado al sortilegio que tuvo viva presencia
y calló al ritmo de cual vivo mi versátil humor
y ando de corazón en corazón buscando mi acreencia
para llenar tu mundo de un cariño emulador.

Quise creer en que haríamos nueva vivencia
pero solo un sueño mal habido: un falso rumor.
Sofocó el incendio que mi Amor al sol ennegrecía
y acabo de una buena vez con mi cálido furor.


Una breve aventura.
Un terrible final…

martes, 5 de junio de 2018

Voltereta...

—Finalmente la vida te ha vuelto un guiñapo, ¿eh?

Alberto volvía brevemente a la realidad. Un ligero sopapo en la cabeza dado por Wendy le recordaba que no era tiempo de estar soñando despierto. Un ligero sabor a cobre recorría su lengua. Y aquellos vivaces instantes, viendo su sonrisa, siendo atrapado por su mirada, lo habían absorbido más allá del punto de cordura.

—Perdón… No pude contenerme…

—¿Que no puedes contener?— Inquiría molesta Wendy. Una y otra vez lo veía entrar en esos trances. Ya estaba comenzando a cometer errores y eso no podían permitírselo— ¿Tus ansias adolescentes? ¿Tan viejo ya? Vamos, que ya no tienes la edad para no sobreponerte a tus airadas dotes de conquistador fracasado. Es tiempo de volver al trabajo.


—Si… si, claro. Lo siento— Mientras se volvía a poner el casco e iniciaba el proceso de sellado, no pudo evitar un suspiro de tristeza. Y mientras entraba a aquella podredumbre en las cloacas a hacer su trabajo, pensó que estar en la oscuridad de aquel infierno finalmente podría proveerle de la paz tan anhelada…

lunes, 14 de mayo de 2018

Posdata

Te pienso demasiado
y ese vivir me mata
tal como tu recuerdo
a diario me desgasta.

Te amo desbocado
como sueño que dilata
y caigo airado:
tarde oigo la tocata.

Mi desamor ajado
se busca como fe de errata
y en el dolor amado 
te fijo en mi memoria sensata…

miércoles, 7 de marzo de 2018

Regina primera...

Hubo una vez en que leyendo
aquel poema en que escribían
los versos más bellos, aquella noche
y en mi memoria el único verso más hermoso,
el que llenaba esas noches de insomnio,
el que satisfacía la impía soledad de mi alma,
el poema, el verso más hermoso,
el que llenaba mi corazón, eras tú…