jueves, 13 de diciembre de 2018

Del amor al odio solo hay un paso...

Escribí para ti... a través del tapiz de estos recuerdos que tanto odio ahora… Que al despertar cada día tu imagen fuera lo que me apoyara para seguir adelante, es el acto de condescendencia y desamor propios más extremo del que he hallado en mi placidez. Y si te dijera que cada respiración la di con la esperanza de que se dirigiera hacia ti. Que fueras feliz. Que sonrieras aun sin mi.
Pero descubrí que no era cierto… Preparé cada ocasión para que estallara en la pureza de la hoja y así, mi pasión, fuera tuya. Que aquella mirada que me conquisto se plasmara en cada carácter con que le hablara a las personas de ti, de como te conocí... Que soy un mejor hombre por ti. Pero no les conté a las personas de ti. De como te escribo, de como te vivía cada día. Escribía solo para tenerte presente. Para seguir viviendo, pues el miedo a que mi corazón viejo ya, se detenga en cuanto estas líneas queden terminadas, como aquel telar que nunca termina su labor para evitar la tragedia concerniente a la realeza, resucita las ganas; Escribía para ti, con la única finalidad de que el mundo no se detenga y siga girando con la naturaleza que tu personalidad le imprima cada día, porque el interés que solventas para él lo valía.
¡Que ciego fui! Solo estuve enloquecido por drogas que desarman al cerebro y lo vuelven un títere. Y… Aunque todavía no logró sacudirme el tenebroso acento de las aseveraciones de cada murmullo…. De las voces en mi cabeza… te digo ahora… de la misma forma del poema ilustre… que cómo te amé ahora te odio…

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