jueves, 15 de noviembre de 2018

...Y te conocí...

Te conocí. Y mi vida cambió.
Fuiste la brisa que movió mis anhelos. La suave llama de un sentimiento que, bruscamente, me hizo mirar hacia otro lado e ignorar mis miedos. El anhelo que mi corazón buscó durante tanto tiempo en que no miré detrás de la puerta, para simplemente voltear y por el que mis suspiros allanaron la lejanía de un horizonte que sin embargo se hendía en el horizonte de mis desvelos. Eras un milagro. Eras mi vivir por el que trémulo inicie mi nuevo trajinar. Fuiste mi nueva soledad. Una mitad que no se completó jamás. La rueca de un final que al fin llegó. El pensamiento que no quiso irse. La palabra que se quedó.
Me obligaste a ir por el mundo con nuevos ojos, caminando de la mano de un intenso frío que calaba el alma. La historia que se reescribió entre mis dedos y que daba a las sensaciones un nuevo vibrar. Mi cama silente te extraño sin conocerte. La rosa que compré y que nunca tuvo destinataria. La barca que estuvo atracada siempre en un muelle solitario esperando latente tu dulce paseo entre las vibrantes olas de mi regocijo.
Me entendí mejor sin ti pero siempre hiciste falta. En cada charla frente de un café humeante que platicaba conmigo. El sueño que siempre volvería a mi para atormentarme por no poder ser el destino final que tu destino aguardaba. Fuiste el alguien que mi corazón esperaba para ser feliz. Volviste sobre mis pasos y le diste brillo a la sonrisa de mi entonación. El cobijo para la frialdad de mi vacío. La llana esperanza de un soñador que moría en cada silencio tuyo. En cada ausencia que taladraba mis memorias. El objeto que hubiera llenado de luz mi habitación. Y el duende que me acompañaba y que hace mucho se fue, antes de irse, solo murmuro en el espacio de tu sombra… dulcemente… tu nombre. Solo tu nombre.

El día que el Amor tocó mi timbre se encontró con que tu no habías acudido a la cita. Y se estampó de lleno en mi figura, esperando con ello que como faro mi cabeza llamara a la tuya. Y con tan solo esperar una palabra tuya. Un desliz. Una mirada. Solo recibí el tenue silbido del silencio que siempre nos acompañó en cada paso. Mi corazón cantó entonces la más dulce melodía que de él pudiera salir. Y cuando hubo terminado la sintonía de mi soñar se montó en un avioncito de papel. Sin una dirección al cuál enviarlo voló en la incertidumbre pero con la certeza de que nunca te podría cantar al oído y tarde o temprano posaría en el piso hasta que la lluvia diluyera la última gota de esperanza en que por lo menos, una vez en tu vida, la oyeras…

martes, 13 de noviembre de 2018

Retrato de Dante por Andrea del Castagno

El retrato de Dante realizado por el pintor italiano Andrea del Castagno pertenece a una serie de frescos (que el pintor hiciera con colaboración de Filippo Carducci) llamados Personajes ilustres para la Villa Carducci en Legnaia.
Data de cerca del 1450.
La técnica es de fresco transferida a madera.
Su actual ubicación es en la Galería Uffizi.

Mide 250x154 cm.