jueves, 7 de julio de 2011

Cambios

¡Torturantes llamas de la estigia, río flameante que crea al olvido!
 Preparale aposento, senda victoria de su corazón herido.
Porque alla es adonde va. Al Infierno. Mientras, yo gozo de la fébril montura,
que es la sencillez del cinismo sobre la cordura.
¿Escritos cursis? ¡Romantiquería putrefacta! Sello vacío.
De ahora en adelante solo se oirán feas rimas
nacidas del parto doloroso de la vacuidad encinta.
¡Saquen los tarros y las damas, junto a la cerveza!
¡Candidas prostitutas del pasado al que siempre ruego!
Dejenme alimentarme de su nectar,
que del precio hablaremos luego...

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