miércoles, 22 de junio de 2011

Despertar...

Te despiertas con un tenue dolor de cabeza. No tomaste nada de alcohol ayer, así que esa rara sensación de crudo que te avoca deberse a otra cosa puede. No tienes ganas de levantarte pero sabes que el día será largo, así que intentas despejar un poco tu cabeza para saber que orden tendrá tu día, mientras el sol te pega directo en la cara, lo que provoca un insulto de tu parte. Crees que llego la hora de tapar las ventanas con algún tipo de cortina o de plano con concreto. Eso lo pensarás después.

Ya te has sentado en una orilla, intentando despejar tu cabeza. Todo ha sido muy rápido. Dormiste, según tú, para tranquilizarte y salir un poco del estertor. Las sensaciones tan nuevas para ti han galopado durante un buen rato mientras te deleitabas en ellas lentamente, como esperando un nuevo comienzo. Y lo es. Ya no habrá marcha atrás, porque así te lo has propuesto y no dejarás que nadie estropee a este nuevo tú. Tal vez bajarás y te prepararás algo de desayunar: ¡Cuanta hambre tienes! Y con alegría verás que hay en el refrigerador… o igual irás a desayunar afuera. Los consomés son muy ricos y hoy es día de venta. Igual lo completarás con unos taquitos de barbacoa. Al fin y al cabo, puedes darte ese lujo ahora.

Después arreglarás tu departamento. Eso es. Hoy no vas a trabajar así que todo el día es para ustedes. Platicaras de cualquier cosa. Será un buen día. El primero del resto de tu vida. Te encontraste con algo que no sabías que tenías y eso te llena de orgullo. ¡Ahora aprovéchalo, antes de que sea tarde! Si… que satisfacción pensar así. Toda tu vida por delante, solo tienes que ser cuidadoso… planear el resto, tu futuro. Nada ni nadie les quitará sus sueños. Se lo debes a tus padres. Aunque no los verás más, sabes que desde el cielo te bendicen. Tu nueva cruzada, va para ellos. ¡No se diga más! Y cuando seas famoso, que finalmente alcances la cima dirás: “Yo a mis padres les debo mi vida y esto es para ellos”…

Pero primero tienes que despejar tu cabeza. Onirísmos vienen y van, tratando de encontrar cobijo. Solo unos ligeros golpeteos en la cabeza y todo marchara como debe. Pero es que no puedes dejar de saborear todas las sensaciones nuevas que acuden a ti: todas las frases, los clichés que tanto viste en el cine y que tanto te gustaban, y de los que ayer hiciste gala de puntual atención. Cierto es que no estaba planeado pero ¡Que más da! A veces la improvisación es el arma justa contra las revelaciones del alma. Si no lo sabrás, tú, que siempre has seguido un sendero recto y justo, ahora ya no tendrás limitaciones. Nunca más.
Ahora te has levantado. Das un beso al bello cuerpo que tienes enfrente de ti, acurrucado junto a ti toda la noche. Ni siquiera te importa el charco de sangre en la cama, junto a su tez despedazada. De cualquier forma, pensabas cambiar cuanto antes el colchón y las sabanas….

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