domingo, 19 de febrero de 2012

Oprobio

Suave clamor que por bien circunscribes
La tenue fragancia de las poliformes sustancias
Que, proscrito en la oscura y fatal desgracia
Suscitas en el mundo. Dolor e inconstancia.

Cuando el primero, el Único, sostenga este mundo
Con la negra nube del destino y deshaga
La palidez de mi amor con la sutil esencia
De la maldad que el devenir prepara.

¡Extiendanse las mareas de la lunatica presencia
De aquel que es todo y en su soledad es nada!
Atiendan al llamado de las mil profetas
Que, como ninfas, suscitan en mis oídos la instancia.

Caminando por la trémula esencia de mi coro,
Observo ante mí, la gran muralla
Señal de la atenta avenencia de la falta
Que en mis sonidos, cruel desvario… te evada…

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