martes, 18 de febrero de 2014

Asi...


Mis memorias están llenas de música. Estruendosas. Silentes.
Mi recuerdo de ti tiene un aroma elevado. Excelso. Tibio.
Como las luces que dan al callejón donde por última vez
yo te viera mientras te alejabas, con mis sueños.
Ahora, cuando camino, se activan estas poses a través del mundo
que, frío, me incita a pasar por delante de tantas efigies,
sombras pasadas de mi discernimiento de la interacción humana.
De vez en vez alguna canción activa mis latidos, esos que se fueron
contigo pero que me visitan seguido, sólo para recordarme
que de eso estoy vivo aún cuando me falten esos, los latidos
que toman tu forma y de tu respiración el brío.
Mis memorias están llenas de aromas. Fuertes. Dulces
y ¿por qué no? También nauseabundos.
Las tenues notas inundan mi cabeza, quiméricas alucinaciones
de un pasado turbio que aún me atormenta
Y por el que, lo confieso, no he dejado de padecer,
pues pareciera más buscarlo cuanto más me repela,
como si con solo tenerlo presente me alimentara,
Aún cuando solo se trata de ecos de mis vidas pasadas.
Cierro los entresijos que forman las madejas de mi locura
y con amor me dispongo a venerarte, dulce mujer, tierna mirada,
cruel recordatorio de mi parmoniosa calaña
que dejas amarte sin conseguirme un intercambio,
ni siquiera de palabras.
Asi…
Así, vuelo hacia ti. Desnudo. Borracho de amor. Libre de sensaciones…

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