jueves, 21 de mayo de 2015

Pequeña Violeta...

Cálida mirada que al enternecer florece,
llena de lujuria, y que al admirar satura
aquel terrible vigor del que en ti posa
la antigua llama que al amarte perece.

Desnudas el alma, como desnuda te muestras
ante la mirada atónita del acólito que acrece,
y en ese aumento deja ver la sensualidad, a cuestas
que de tu peculiar amor demuestra lo que merece.

Torre blanca, refugio que al horizonte atece
por cuanta solemnidad en tu decir evocas,
elocuente mirar de cuyos labios amanece
la tenue nota que en mi soñar provocas.

Poesía sin letras, formas dulces, licencioso ente
que simulas el cielo en cada jugada.
Trémula, libertina, siniestro placer que fenece
en el beso que niegas y que me enloquece.

Lolita que de tanto brillo en la sensatez florece
súbito clamor de lo que en mí despiertas
y das, a cada pupilo, más de lo que ofrece;

mujer sibarita que en cada alma, deseo, viertas…

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