domingo, 9 de noviembre de 2014

Sobre mi país y su situación actual

Regularmente no suelo dar opiniones muy públicas sobre lo que acontece en el lugar donde vivo, pero creo que estamos en un punto que se ha vuelto cíclico. La desaparición de unos jóvenes es terrible pero en realidad eso se da todos los días aunque en menor escala y muy pocos se quejan, aunque quejarse, para mi, es no hacer nada realmente, porque los demás no escuchan o se hacen los occisos. Y no puedo evitar preguntarme... ¿Que se logró con estas marchas contra de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa? ¿demostrar que hay infiltrados entre los manifestantes? ¡Pues si eso se sabe y esta demostrado desde hace mucho! ¿Exigir algo? ¡Pues si se ha hecho así desde hace décadas y muy, muy pocas veces se ha logrado algo o se logran cosas individuales, aisladas... ¿Demostrar que estamos hartos? ¡Eso lo hemos dicho desde hace sexenios, y seguimos haciendo las cosas de la misma forma! El gobierno no ha errado: nos han tomado la medida y sabe que hacer para sostener su modo de vida opulento e impune. ¿Nosotros? Salimos a las calles a manifestarnos, sabiendo -porque lo sabemos, claro que si- que nunca funciona como queremos y terminan hasta enlodando nuestros movimientos... Queremos paz, pero ya hemos visto que en este país, de esa forma, nunca logramos lo que deseamos. ¿Por la fuerza? ¡Ni hablar! Muy pocos están de verdad dispuestos a afrontar las consecuencias de la violencia. Pero eso si, en algunas colonias deciden que ya están hartos, toman la justicia en sus manos y entonces los atacamos nosotros mismos, los que estamos hartos, los que ya no queremos esta inseguridad. Mostramos lo obvio a través de las redes sociales. Tenemos los gobernantes que nos merecemos, por que no queremos hacer lo que se tiene que hacer; porque no estamos dispuestos a sufrir, a sangrar, a demostrar de que estamos hechos. ¿Cuantos granaderos eran en el zócalo y cuantos los manifestantes? Y ellos ganaron...
Siempre he mantenido mi convicción de que para que logremos una diferencia es ya, hasta las ultimas consecuencias, no con manifestaciones que solo le sirven al gobierno para saber lo que ya saben desde hace mucho, pero que no interesa mucho, porque saben que así, con marchas, con mitines, durante años, han podido gobernar impunemente, ganando lo que ganan mientras el pueblo se muere de hambre, y digo, el pueblo, el de verdad, no los que estamos bien cómodos levantando la voz desde nuestras casas... tampoco los que van a socializar a las marchas, o los que solo van a grabar para poder subir a las redes... el pueblo que en muchas ocasiones ni va a las marchas, más que cuando les pasa a ellos... Debemos destruir para poder construir... y debe ser a sangre... mientras, sigan con esfuerzos inútiles -y si no lo son, díganme porque seguimos teniendo los gobiernos que tenemos, porque sigue desapareciendo gente, porque seguimos igual, ganando poco y siendo tan sobreexplotados... Tal vez debemos morir algunos para que nuestros hijos y vecinos puedan, al fin, disfrutar de algo bueno, de una buena vida, de un país más sano...

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